Francisco López Groh
“Los barrios ricos no
me preocupan, pero sí los barrios modestos de clase media trabajadora.”
Saskia Sassen
Reconozco que la envidia no es precisamente
una virtud, sino, en palabras de Spinoza, una pasión triste. Pero no se me ha
ocurrido otra forma de titular esta carta. Hace unos años, cuando Madrid era
pasto de las hazañas de Ruiz Gallardón escribí en un blog del barrio (Aquí Tetuán) un artículo titulado Dadnos medio bordillo de Serrano y
arreglaremos Tetuán: Una modesta proposición, demandando como el título
indica que de esa ingente masa de granito que se
desplomaba literalmente sobre las calles y plazas del centro nos reservaran
algunos metros para encintar las maltrechas aceras de nuestro barrio, asegurando
que con una sección de apenas la mitad de la que se estaba usando nos
conformábamos.
Hace un par de días aparecía en la prensa una iniciativa del
ayuntamiento para ampliar las aceras del barrio de Chueca que, se señalaba,
eran excesivamente estrechas para el uso
adecuado de los peatones. Bienvenida sea la iniciativa. Nos alegramos
sinceramente por los peatones, que van a poder pasear con más tranquilidad y
menos riesgo por este barrio, especialmente los numerosos clientes –y turistas-
que acudan al intenso y extenso tejido comercial y hostelero de la zona.
Pero, queríamos recordarle que en nuestro barrio, Tetuán,
especialmente en su margen izquierda, también abundan las aceras infradimensionadas
y que, a diferencia del barrio objeto de nuestra envidia, tienen además un
pavimento antediluviano, parcheado numerosas veces, no ya con losetas, sino con
parches de cemento sobre los que se trazan unas torpes líneas sugiriendo
losetas que, además, y dadas las pendientes de muchas de nuestras calles, se convierten
enseguida en pistas de patinaje por lo que los ancianos con su acostumbrada
sabiduría, suelen andar por la calzada.
Llueve sobre mojado. Hemos visto como la Operación Plaza España (en el centro) era el único -por ahora- “proyectos
de legislatura” mientras que una operación salvaje en los bordes del barrio de
Valdeacederas (Tetuán) la Operación del Paseo de La Dirección, destrozaba simultáneamente
el barrio y las familias de esta –antes- bella cornisa.
Verá, como he comentado más arriba, en este barrio nos congratulamos
con las mejoras que puedan efectuarse en otros barrios de Madrid, pero queremos
llamar la atención sobe un particular rasgo de la desigualdad urbana rampante
en la ciudad de Madrid: La zona que está Vd, mejorando es en la actualidad un
hervidero de actividades comerciales y hosteleras, mientras, como habrá quizás
advertido, los comercios de las zonas periféricas (entre ellas Tetuán) no se
han repuesto aún de los efectos de la crisis y (los que quedan) languidecen en un
tejido urbano decrépito.
¿No le parece que sería más adecuado para fomentar un cierto reequilibrio
contra las tendencia mercantiles de recentralización de la actividad y la desigualdad
espacial en la oferta de bienes y servicios, empezar estas medidas de mejora de
las vía urbanas por los barrios periféricos en lugar de favorecer a los ya favorecidos?
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