Una puerta encontrada
¿Dónde reposará el hombre cansado?
¿Cuándo llegarán a casa los corazones
solitarios?
¿Qué puertas se abren para el vagabundo
y en qué lugar, en qué
tierra y en qué momento?
Thomas Wolfe: Una puerta que nunca encontré
FLG
Recientemente el ayuntamiento
de Madrid ha promovido una encuesta sobre una serie de plazas de la ciudad,
entre ellas la de La Remonta. Se trata de elegir entre dos opciones
preseleccionadas por la corporación y en cierto modo ya formalizadas. Un modelo
de participación habitual en nuestro municipio, y caro al concejal de
“participación” que recuerda (no es casualidad) los procedimientos un tanto
primitivos del “me gusta”, “no me gusta”.
¿Es esto participación? Lo
dudo, o en todo caso es una forma trivial de participación. Nada que ver con la
democracia deliberativa. Podría extenderme sobre los defectos de este sistema y
las alternativas existentes, pero prefiero detenerme en un proceso de
participación real reciente sucedido en nuestro barrio. Se trata del proyecto
de un polideportivo en las antiguas cocheras de la EMT junto a la glorieta de
Cuatro Caminos, en una parcela fruto del desarrollo de estos terrenos que
dieron lugar a la formación de una plaza confusa desde el punto de vista
espacial
En el marco de la Universidad
Popular de otoño de Bellas Vistas, promovida por la Junta y la Asociación
Vecinal (y supongo que otras instituciones o colectivos cuya participación
desconozco) se presentó recientemente un avance del citado proyecto por parte
de los servicios municipales responsables y del propio autor del proyecto,
Cleto Barreiro, una iniciativa digna de aplauso, al igual que la actitud y
dedicación del citado proyectista.
En aquella primera toma de
contacto con el proyecto surgieron una serie de objeciones,propuestas e
inquietudes por parte de los vecinos asistentes, preocupados no sólo por la
funcionalidad de la instalación, sino por los efectos de la misma en el
entorno, una de las áreas sensibles (o frágiles) del distrito.
Uno de los problemas que algunos
vecinos encontraban en la propuesta inicial era que la formulación original de
la plaza aislaba en cierto modo este espacio (y en consecuencia el
polideportivo) del corazón del barrio, separado por la muralla que constituye
actualmente la margen izquierda de la calle Almansa, adosada al perímetro de
las antiguas cocheras.
El caso es que alguien (quizás
Antonio Ortiz) se fijó en una pequeña puerta en medio de la pared que casi se
adosaba al solar -una puerta en la que yo por ejemplo no había reparado. Esta
puerta era una salida del colindante centro cultural José de Espronceda que
casi se enfrenta al eje del barrio, la calle Topete.
Esta pequeña puerta
encontrada se convirtió en un elemento simbólico y práctico de las
posibilidades de integrar la plaza, el polideportivo y el corazón de Bellas
Vistas a través del centro cultural. Se percibió una oportunidad en esta
pequeña puerta y se sometió a la consideración del proyectista.
No voy a alargarme, pero en
unas pocas reuniones se comentaron los cambios que el proyectista había
introducido en el proyecto original para intenta atender a las demandas de los
vecinos (en este aspecto concreto y otros relativos al uso o la relación con la
plaza) que intentaban dar una solución a este futuro enlace a través de un patio
común.
Seguramente este proceso tiene
sus defectos, sus problemas y ha requerido la suma de diversos empeños: la
voluntad de colaboración y empatía con los vecinos del técnico municipal, la
voluntad política de la concejala del distrito Monserrat Galcerán y el impulso
de la asesora de la Junta, Raquel Rodríguez en su papel de mediadora, pero es
una forma de participación, de implicación de los vecinos en el diseño de la
ciudad, mucho más fructífera que la comentada al principio. A sus resultados me
remito.
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