viernes, 22 de junio de 2018

Ser joven en Tetuán, el barrio más 'peligroso' de Madrid

Foto de Davit Ruiz modificada por VICE

Por Ana Iris Simón. Fotografías de Davit Ruiz
20 JUN 2018

"La gente la concibe como una zona muy peligrosa, pero yo que vivo aquí me siento mucho más segura que en otros barrios".

Tetuán, el barrio más peligroso de MadridEl infierno del Barrio Latino: asesinatos, okupas, drogas, atracos, afters ilegales y pandillerosDisparos, peleas e incendios en la calle Topete, en el centro de MadridTetuán contará con 19 videocámaras de vigilancia. Estos son algunos de los titulares que, en los dos últimos años, informan sobre uno de los distritos más heterogéneos y con más desigualdad social de Madrid, Tetuán.

La calle Bravo Murillo es la arteria en torno a la que se organiza el distrito

El distrito, cuyo eje central podría establecerse en la calle Bravo Murillo (algunos más que calle la consideran una frontera), está habitado por 150.000 personas, de las cuales el 17,3% son de nacionalidad extranjera y el 27,6% son nacidos en el extranjero. Esto unido a los hijos de inmigrantes que ya nacieron en España hacen de Tetuán una de las zonas más multiculturales de Madrid.

Yanill

Yanill, de 18 años, espera sentada en uno de los bancos de la que algunos apodan "la Gran Vía de la clase obrera", Bravo Murillo. Es de ascendencia dominicana, una de las mayorías inmigrantes del barrio, acaba de terminar selectividad y el año que viene empezará Trabajo Social en la Universidad. Lleva toda la vida viviendo en Tetuán.

"Aquí conoces a todo el mundo, todo el mundo te conoce... hay una sensación de comunidad muy grande" — Yanill

"Lo que tiene de peculiar el barrio es la cantidad de inmigrantes que viven en él, particularmente latinos", cuenta. "Hay un montón, y la gente la concibe como una zona muy peligrosa, pero yo que vivo aquí me siento mucho más segura que en otros barrios. Conoces a todo el mundo, todo el mundo te conoce... hay una sensación de comunidad muy grande", dice Yanill, que cuando le pregunto por las bandas que copan titulares y que supuestamente han hecho de la calle Topete una de las más peligrosas de Madrid me dice que "el tema está sobredimensionado".

Yanill es de ascendencia dominicana y vive en Tetuán desde que nació

"Hay problemas, pero también se estigmatiza mucho a la comunidad latina. Nadie cuenta que en las bandas además de latinos hay españoles, hay gitanos, hay marroquís... En la calle Topete, de la que dicen que no se puede pisar por culpa de estas bandas, están construyendo una urbanización súper bonita, con piscina. Y es como que no pinta. Da la sensación de que están tratando de engañar a la gente. De poner el barrio por los suelos cuando en verdad no es tanto así, así que quizá sea para sacar un beneficio, ¿no?"

Clara

Eso es lo que piensan muchos, que ven al distrito como el nuevo espacio a gentrificar, como el próximo Malasaña o, lo que tendría más sentido, el próximo Lavapiés. La estrategia encaja: barrio con fama de conflictivo cercano al centro que, tras un lavado de cara y una buena dosis de ladrillo y remodelación se convierte en un parque de atracciones para domingueros y turistas gracias a su ya para entonces perdida autenticidad.
"Creo que puede haber cosas muy positivas en la diversidad que puedan traer los inquilinos de estas viviendas al barrio, pero también puede conllevar cosas muy negativas, como la expulsión que implican siempre los procesos de gentrificación" – Clara
Clara, que tiene 23 años y vive en una de las orillas de Tetuán desde que nació ("pero desde mi adolescencia ando mucho por todo el barrio", se justifica con una sonrisa), también está empezando a sospecharlo.
Clara teme que con la gentrificación se expulse a los vecinos actuales del barrio
"Desde hace algún tiempo las asociaciones vecinales vienen diciéndolo. Yo no creía que fuera verdad hasta que de repente vi cómo de los solares brotaban viviendas de lujo. Creo que puede haber cosas muy positivas en la diversidad que puedan traer los inquilinos de estas viviendas al barrio, pero también puede conllevar cosas muy negativas, como la expulsión que implican siempre los procesos de gentrificación", sostiene.
Lili
Lili, de 27 años y española de origen marroquí ("en realidad tengo un problema de identidad cultural porque, ¿tengo que considerarme española solo por haber nacido aquí aun cuando mis padres son marroquís?, apunta) también le teme a la gentrificación.
"Yo creo que hubiera sido una persona distinta si no hubiera crecido en Tetuán", dice Lili. "En las escuelas de aquí, da igual que sean públicas o concertadas, porque a los inmigrantes les encanta la escuela concertada, siempre vas a tener una variedad cultural muy grande. Eso facilita la apertura de tu mente, conocer, comprender otras culturas. Hace que aprendas a no efectuar juicios de valor sobre las personas, y que conozcas el mundo. Porque si tienes un amigo colombiano que te habla de Colombia, de alguna manera conoces Colombia. Aunque nunca hayas estado", concluye.
Lili tiene padres marroquís y nunca ha vivido en otro barrio
"Claro que nos da miedo que esto se convierta en el nuevo Lavapiés. Nos produce horror. Que para limpiar un barrio se tenga que expulsar a los habitantes que lo hacen especial, que le dan vida... ¿dónde nos quieren relegar, a Alcorcón, a Getafe? Ya tienen Serrano, ya tienen Malasaña, ya tienen La Latina..." comenta, y después explica que la plaza en la que nos encontramos es en la que ocurrió "la movida de los Titiriteros", la del Canal de Isabel II. Son las ocho de la tarde y no cabe ni un alfiler.
Luis
Poco más abajo se encuentra la glorieta de Cuatro Caminos, a la que Moncho Alpuente apodó "la Gran Vía de los pobres". Los comercios locales que la rodeaban se han convertido en cadenas. "Creo que eso es lo que más ha cambiado del barrio", dice Luis, que tiene 28 años y ha estudiado filosofía pero se dedica a la fotografía.
Luis cree que lo que más ha cambiado en el barrio son los antiguos comercios, que ahora son cadenas
"Yo recuerdo venir por esta zona y ver un montón de jugueterías, zapaterías... había una calle con muchísimos comercios dedicados al cuero regentados por asturianos que habían llegado a Madrid, mucho comercio local y pequeñas cafeterías".
Víctor
Víctor, de 27, también echa de menos algo en el barrio: los cines. "Los de mi edad no lo conocimos, pero mis padres, que también crecieron aquí, me cuentan siempre que este era el barrio de los cines. Había muchísimos y venía gente de otros barrios. Cuando yo era niño quedaban dos, el Lido y el Cristal. Ya no queda ninguno", comenta.
"A partir de principios de los 2000 empezaron a llegar muchos inmigrantes, y quizá ese es el cambio más grande que he vivido en Tetuán" — Víctor
"También recuerdo que en los 90, cuando era pequeño, no había tanta inmigración. Incluso el barrio quizá tenía fama de pijo. Pero a partir de principios de los 2000 empezaron a llegar muchos inmigrantes, y quizá ese es el cambio más grande que he vivido en Tetuán", añade Víctor, que recuerda con orgullo cómo las protestas vecinales consiguieron echar de Tetuán a los nazis de Hogar Social Madrid, que habían okupado un edificio en la esquina de Juan de Olías con Bravo Murillo.
Víctor se siente orgulloso de los movimientos vecinales que echaron al Hogar Social Madrid de Tetuán
"Fue una provocación asentarse en un distrito como este, uno de los que más inmigración tiene de Madrid", comenta Lili. Yo misma pensaba a veces en ir y pedirles comida, con mi cara y mi moreno marroquís. Y si no me la daban, plantarles el DNI español. Xenofobia hay en todas partes, lo grave es cuando empiezas a discriminar a la hora de dar ayudas sociales por la raza de las personas", dice.
Inés en la calle Topete
Precisamente a la inmigración y a la buena convivencia entre españoles e inmigrantes alude Inés, que vive en Tetuán desde hace 10 años y tiene 25, cuando le pedimos que defina el barrio. "Creo que la convivencia y la mezcla es mayor en este distrito que en otros barrios en los que también hay muchos inmigrantes", afirma. "Cuando vives aquí ni siquiera te das cuenta ya de quién es inmigrante y quién no lo es; a los que les sorprende es a los que vienen de fuera del barrio, de visita", dice.
"Sí que hay veces que escuchas que han asesinado a alguien y es justo debajo de tu ventana, pero son casos aislados, no es el día a día" — Luis
Porque hablar de Tetuán es hablar de convivencia, aunque muchos se queden en la supuesta conflictividad. "Es tremendo porque hay gente de aquí que llega a creerse que esto es el Bronx por lo que dicen, aunque ellos mismos no lo vivan. Sí que hay veces que escuchas que han asesinado a alguien y es justo debajo de tu ventana, pero son casos aislados, no es el día a día", comenta Luis.
Inés afirma que el alarmismo social alrededor del barrio está injustificado
Hablar de Tetuán es también hablar de desigualdad, de un distrito en el que cabe desde Azca, el centro financiero de la capital en el que se asientan los gigantes de la consultoría, hasta el denominado "pequeño Caribe", la que, dicen, es la zona más jodida del barrio pero en la que Yanill nos cuenta que están construyendo pisos de lujo.
"Lo más fuerte de Tetuán es que hay cuatro zonas muy diferenciadas. Es verdad que hay cuatro caminos, es literal. Te vas hacia Raimundo Fernández Villaverde al Oeste, a la esquina de enfrente de El Corte Inglés y eso es el mundo pijo. Te vas en dirección a Chamberí y es todo más tradicional pero ya empieza a ser clase alta. Y luego está la zona pequeño Caribe, Almansa, donde sí que hay mucha pobreza, y tirando para arriba, hacia Valdeacederas se nota un montón. Hay un choque muy gordo de desigualdad".
"En menos de diez minutos andando puedes encontrarte a gente en traje y a gente buscando en la basura" — Víctor
"En menos de diez minutos andando puedes encontrarte a gente en traje y a gente buscando en la basura", dice Víctor, y añade que en la zona conviven dos mundos muy cerca pero no llegan a mezclarse. "Nunca vas a ver a una de esas personas en traje por la calle Tenerife", concluye.
Casas bajas conviven con bloques de nueva construcción y edificios de posguerra en Tetuán
Y en Tetuán es sencillo dar la vuelta al globo con tan solo cruzar la Gran Vía de los pobres, Bravo Murillo. De hecho, es casi inevitable. Luis también piensa que no hubiera sido el mismo Luis de no haber crecido en el distrito. "La tradición obrera del barrio al final influye en la ideología, la multiculturalidad te abre muchas miras y creo que el hecho de que el barrio tenga tantas capas de historia, tantos mundos dentro, afecta incluso en cómo se desarrolla la psicología de los que vivimos en él. En nuestra manera de entender el mundo, aunque no sé si me estoy liando", dice mientras sonríe.
Le respondo que no, que no se está liando, y se despide calle abajo, entre niños negros en patinete, ancianas con andador y dominicanas que ríen en las terrazas.
Fuente: VICE

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