20 JUN 2018
Desde la ADSP, venimos denunciando repetidamente la pérdida de derechos que han supuesto, en materia de Sanidad, las políticas neoliberales llevadas a cabo en los últimos años y, sobre todo, la puesta en marcha del RD Ley de 20 de abril de 2012, que originó un cambio del modelo asistencial, acabando con la universalidad del sistema sanitario y vinculando el derecho a la atención sanitaria con el aseguramiento, haciendo necesario cotizar para recibir prestación sanitaria.
Basándose en el mito de la mayor eficiencia de la gestión privada, también hemos sufrido la instauración de este tipo de gestión en algunos hospitales públicos. El primer centro puesto en marcha de acuerdo con este modelo fue el hospital de Alcira, que finalmente tuvo importantes sobrecostes.
Con la llegada del nuevo Gobierno, observamos con esperanza que, en sus primeras declaraciones, la ministra de Sanidad se comprometió a trabajar para recuperar la atención sanitaria universal y acabar con las privatizaciones de los hospitales. Sin duda, algo que ya ha demostrado con hechos al terminar con la privatización del hospital de Alcira, recuperándolo para el sistema público.
Nuestro optimismo aumenta cuando observamos que se ha incluido en el último Consejo de Ministros como una de las primeros medidas a tomar. Es nuestro deseo que esto solo sean los primeros pasos para poner las bases de una Sanidad pública de calidad; lo siguiente debería ser, como dice Rafael Bengoa, adaptarla a la actualidad y consolidarla para el futuro.
Para ello, sin duda hay que recuperar los presupuestos anteriores a los años de crisis. Pero esto debe ir acompañado de una adecuada organización que permita una Sanidad pública mucho más eficiente. Apoyar y fomentar la Atención Primaria como puerta de entrada al sistema; aumentar el número de plazas para sanitarios y estabilizar los puestos de trabajo a través de OPE y concursos de traslado regularizados; mejorar la comunicación de Primaria con Especializada mediante una historia clínica informatizada única; aumentar la participación del ciudadano, que debe dejar de ser un mero agente pasivo para pasar a participar activamente y responsabilizarse de su salud son medidas que, sin duda, deberán ir encaminadas a aumentar la calidad y productividad del Sistema Nacional de Salud.
Queda un largo camino; hasta ahora nos movíamos en dirección opuesta, ahora parece que nos dirigimos en el sentido adecuado para consolidar una Sanidad pública universal y eficiente. Sin duda, esto es una puerta abierta a la esperanza, deseamos que sea posible hacerla realidad.
Fuente: saludadirio
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