El
Hospital Varsovia fue abierto el 20 de octubre de 1944, con el objetivo de
atender a los guerrilleros españoles heridos en los combates por la liberación
de Francia y en la Operación Reconquista de España. Se instalará en un
edificio situado en los números 11-15 de la calle Varsovia, en Toulouse,
requisado a la familia Maigne por el Estado Mayor de las FFI.
Al
principio, tan sólo contaba con algunos colchones de paja y varios botiquines,
si bien pronto los Servicios de Salud Militar contribuirían con fármacos y
equipos médicos arrebatados a los alemanes. El primer director fue el Dr.
Momeñe, teniente médico y militante del PCE, atendiendo casi en exclusiva a
heridos en acción armada. [1]
Terminada
la guerra, con la desmovilización, el hospital se convirtió en una gran obra
social, un servicio gratuito de salud para todos los exiliados españoles,
asumiendo su dirección el Dr. Torrubia, dirigente de UNE. Colaborarán en su
mantenimiento: L’Amicale de anciens FFI et Resistants Spagnols, la Casa de
Galicia de Unidad Gallega de Nueva York, la Centrale Sanitaire Suisse de Zurich,
la Joint Anti-Fascist Refugee Committee, la Unitarian Service Comitte, el
Comité de Ayuda a los Republicanos Españoles,[2]
etc.
Desde
1946, el hospital estará administrado por la Amicale, destacando entre los
médicos que allí ejercieron su labor Josep Bonifaci Mora, Bosch, Grau, Pinar, Querol
y Sánchez Portela. La mayoría de su personal estaba compuesto por exiliados
comunistas, aunque también había de otras tendencias políticas, como Amparo
Poch Gascón, de la CNT. En septiembre de 1946, el Dr. Parra sustituyó a
Torrubia al frente del centro, siendo a su vez sustituido por el Dr. Bosch en
febrero de 1948.
En
julio de 1948 veía la luz Anales del Hospital Varsovia, publicación
trimestral fundada por los doctores Josep Bonifaci, Francesc Bosch y Rovira. El
editorial de la primera edición insistía que el objetivo principal del hospital
era velar por la salud de toda la emigración española republicana en Francia.
Contaba con artículos sobre patología de la guerra, del exilio y de la
emigración política y económica, de los campos de concentración nazis, de las
compañías de trabajo y de los campos de refugiados.[3]
En
octubre de 1949 asumió la dirección del Hospital el Dr. Carmelo Rico Belesta,
quien organizará los servicios de la siguiente manera:[4]
- Medicina General y vías respiratorias: Dr. Bosch.
- Medicina general y tubo
digestivo: Dr. Bonifaci.
- Otorrinolaringología: Dr. Pere
Grau Sunyol.
- Medicina general y oftalmología:
Dr. Joaquín Viñas Espín.
- Ginecología y enfermedades
venéreas: Dr. Rovira Luque.
- Boca y dientes: Dr. P. Germain.
- Cirugía general: Dr. Maria Gómez
Álvarez.
- Farmacia: Dr. Guillermo Viñas
Escuder y Pablo Cirera.
- Contabilidad: Fermín Torralba
Martín.
Acusado
su personal de ser agentes de la Kominform, la Operación Bolero-paprika
llevada a cabo por el gobierno francés contra el PCE en 1950, supuso el fin de
la gestión del hospital por los exiliados españoles.[5]
La Société Nouvelle Höpitale Varsovie, formada para buscar una salida
que permitiera el mantenimiento del hospital, comprará sus equipos por 300.000
francos a la Amicale.
Otro
problema que surgió, se produjo al decidir el dueño de la mansión la venta de
la misma, aportando el Partido Comunista Francés los seis millones de francos
que solicitaba, lo que permitió volver a poner en marcha el citado hospital.
El
hospital pervive en Toulouse con el nombre de su salvador, el Dr. Ducuing, con
una sala dedicada a los guerrilleros españoles.
[1]
Entre el 17 y el 25 de octubre ingresaron en el Hospital Varsovia un total de
31 guerrilleros. MARTÍNEZ DE BAÑOS, Fernando: El Maquis..., 2007, pág.
259
[2]
Presidido por Pablo Ruiz Picasso, formaban parte del mismo Enrique Santiago,
Lino Sánchez Portela, Dr. Fernández Colmeiro, María Casares, Corpus Bargas y
José María Quiroga Pla. GUIXÉ, Jordi: L’Europa..., 2002, pág. 125
[5]
Acusado por el prefecto Pelletier de ser “uno de los agentes principales de la rama española del Kominform”,
el Dr. Bosch fue deportado a Algeria y el Dr. Bonifaci a Córcega. GUIXÉ, Jordi:
L’Europa..., 2002, págs. 143-144
Los chantiers.
La Entreprise Forestier du Sud-Ouest.
Tras
la ruptura de hostilidades entre Francia y la Alemania nazi, la administración
gala instó a los extranjeros útiles para las armas a integrarse en los
Batallones de Marcha de Voluntarios o en la Legión Extranjera. Quienes no lo
hicieron, y se encontraban en condiciones de trabajar, fueron adscritos a las
Compañías de Trabajadores Extranjeros (CTE). Entre sus destinos destacaron los chantiers,
lugares donde se llevaban a cabo obras de construcción, demolición o minería y
que abarcaban actividades que iban desde la tala de bosques para la venta de
madera y la fabricación de carbón vegetal hasta la construcción de pequeñas
centrales hidroeléctricas, pasando por la explotación de canteras.
Hubo
chantiers que fueron creados por militantes o simpatizantes del Partido
Comunista Francés para prestar acogida a sus camaradas españoles y contribuir a
la financiación de las actividades del PCE y, posteriormente, del XIV Cuerpo de
Guerrilleros Españoles. Tal es el caso de Benazet, miembro del PCF, propietario
de un pequeño bosque en Varilhes, Ariége, quien cederá éste y un garaje que
poseía al PCE para su explotación. En otros casos, ciudadanos franceses
figuraban como titulares de explotaciones pertenecientes, en realidad, a
comunistas españoles, como fue el caso de un francés llamado Valisou.[1]
Entre
todas las empresas forestales relacionadas con el PCE, destaca la dirigida por
José Antonio Valledor, abierta el 20 de diciembre de 1940 en Saint Hilaire
(Aude). Acabará adquiriendo unas notables dimensiones, con tajos en los
departamentos de Aude, Ariège, Alto Garona, Altos y Bajos Pirineos. En ellos se
escondían cada vez más compañeros y fabricaba carbón. Su venta a los alemanes
lo realizaba Valledor, quien, para sabotear a las tropas nazis lo suministraba
muchas veces con piedras y mojado. Como las amenazas de deportación no
surtieron efecto, los alemanes acabaron pagándole el carbón a mitad de precio.
Poco tiempo después comenzaron a recoger armas, conscientes que un día
necesitarían de ellas para luchar al lado de los franceses y defender sus
vidas. Al finalizar la guerra, además de los chantiers propiamente
dichos, contaba con depósitos, almacenes, serrerías y garaje, con 250
encargados y mil empleados.
Por
último, existieron chantiers de reclutamiento obligatorio, tras la
instauración por el gobierno colaboracionista de Vichy de los Grupos de
Trabajadores Extranjeros (GTE), en octubre de 1940. Todos ellos adquirirán una
importancia significativa en el desarrollo de la Resistencia armada, primero
como refugio de los perseguidos por la Gestapo o la policía de Petain y, más tarde,
como base de las operaciones guerrilleras, amparándose en las actividades
“legales” en ellos desarrolladas.
Tras
la liberación del Mediodía francés y la fallida operación del Valle de Arán, en
octubre de 1944, el PCE se encontró con cientos de militantes en Francia que,
una vez desmovilizadas las unidades de la Resistencia, carecían de recursos
propios. Con el objetivo de financiarse y proporcionar entrenamiento a los
militantes destinados a engrosar las filas de la guerrilla antifranquista en el
interior de España, el PCE adquirió diversos bosques, fundando la Entreprise
Forestier du Sud-Ouest, el 31 de marzo de 1945.[2]
Los directores de la sociedad eran Luis Fernández y José Antonio Valledor, y
los subdirectores técnicos, Juan Blázquez Arroyo y Rafael Pérez Candela. En un
principio se financió con ayuda del PCE y del PCF, pero rápidamente conseguirá
recursos propios.[3]
La
actividad inicial se desarrolló en la comuna de Juzet d’Izaut, Haute-Garonne,
con 60-70 trabajadores. En 1948-49, según fuentes de los Reinseignements
Généraux, el número de trabajadores -o “guerrilleros”, según la policía-
ascendía a unos 700.[4]
La vocación de sus “chantiers” era múltiple: bases políticas y militares,
centros de reclutamiento y de formación, etapas hacia España, escondites de
armas y fuente de recursos por la venta de madera, traviesas para las vías
férreas, carbón, etc.
En
sus inicios, la actividad de la empresa se repartió entre la corta de pinos, el
carboneo y el aprovechamiento de pastos, obteniendo la primera contrata del
ayuntamiento de Toulouse para el suministro del carbón. Un posterior contrato
con La Socité Nationale des Chemins de Fer (SNCF) para el suministro de
traviesas de ferrocarril, le supondrá el empuje definitivo.[5]
Sin
embargo, la Entreprise Forestier du Sud-Ouest no era una empresa al uso,
sino la cobertura legal para la consolidación de un aparato de apoyo a la
penetración guerrillera en España desde territorio francés, figurando como
empleados de la misma los miembros del PCE con responsabilidades sobre el
aparato de pasos. También se camuflaban en estas explotaciones forestales
pequeños arsenales o depósitos de armas.[6]
Los derechos de explotación eran comprados a particulares o a la “Compagnie
des Eaux et Forêst”.
Sus
tajos se situaban en diferentes Departamentos, particularmente en los
pirenaicos, al ser el lugar más adecuado para poder cortar leña y crear
Escuelas Guerrilleras y de Cuadros Políticos.[7]
También como bases del partido para el paso de guerrilleros y cuadros a España.
En
la región de los Basses-Pyrénées había otra sociedad comercial que servía
igualmente de tapadera para la organización comunista, instalada en Pau: la
Cooperativa de Fabricación de Sandalias de los Deportados Políticos Españoles.
Estaba dirigida por Francisco Sanz Herranz, secretario federal del PCE,
asistido por Ricardo Oscoz Larralde, secretario de Amical de Antiguos FFI y de
Resistentes Españoles; José Lluch Plasin, secretario de Solidaridad Española;
Abelardo Goicoechea Ipanazar, secretario del PC de Euskadi; Vicente Martí
Montesinos, secretario del PSUC y Felipe Palomino, secretario de la UGT
comunista.[17]
[2]
A causa de su expansión, en 1948, la dirección general se trasladó a París, la
sede administrativa a Sant Gaudens y la oficina de venta a Toulouse.
[3]
Cuando fue creada, en 1945, contaba con un capital social de 1.000.000 de
francos. En 1948, el capital social era de 2.100.000 francos, aportación hecha
por un nuevo socio de la dirección, el comerciante francés Georges Bourdeleau.
[4]
Contaba con tajos en el departamento del Haute-Garonne, además de otros en el
Aude, en Saint Clar, Chalabre, Ladern-sur-Lauquet y Saint Benoît; Arieja, en
Mirepoix, Dun, Bonnac y Col de Port; Gers, en Saint Aignan, Bassoues y Saint
Arilnés; Tarn, en Mazamet y el bosque de Grézigues; Gard, en Alson; Lozère, en
el Mont Aigoual, y Landes, en Mont Marsal.
[7]
Según información de la policía de los Renseignements Généraux franceses,
en 1946, el PCE disponía de unos 12.000 guerrilleros escalonados a lo largo de
la frontera pirenaica, en relación constante con “los maquis” de España. Tales
efectivos, encuadrados militar y políticamente por militantes probados, estaban
provistos tan sólo de armamento ligero, “leur
a pratiquement interdit toute action d’envergure”. Asimismo señalaba el empeño del PCE por reforzar
las guerrillas comunistas del interior: “A cer effet, des armes, des munitions,
des vivres et des médicaments franchissent quotidiennement la frontière,
notamment dans les Pyrénées Orientales où les points de passage sont
particulieèremente nombreux.” Renseignements
Généraux: “Le problème espagnol”. CARAN, cote: F7/15589
[14]
“MIGUEL”: “Puntos de apoyo en Huesca”, 14 de noviembre de 1945. AHPCE, sección
Informes sobre viajes, jacq. 404
[15]
EMILIO Y MIGUEL: “Informe de nuestro viaje a la “Parcela”, 3 de septiembre de
1947. AHPCE, sección Informes sobre
viajes, jacq. 402
[16] Note des Renseignements Generaux de
Hendaye, 27 juilet 1945, nº 1034: “Les liaisons entre les
Brigades de guerilleros espagnols de France et la Résistance à l’intérieur de
l’Espagne.” Pau, ADPA, 1031W235
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