Karim soportó los insultos en su puesto de trabajo y los gritos de "moro y maricón de mierda". Esta se convierte en la agresión número 174 por Lgtbifobia producida en la Comunidad de Madrid en 2018.
El trabajador había comunicado a su superior la situación de acoso que sufría por parte de un compañero pero no se hizo nada por remediarla. Después llegaron los episodios de ansiedad, las heridas y una fuerte paliza. Finalmente, el joven marroquí fue despedido por burofax después de ocho años como metre en un restaurante madrileño. Ahora el despedido acabará en los tribunales ya que la agresión fue denunciada como delito de odio.
Según denuncia UGT el pasado 3 de julio,otro trabajador del establecimiento, que además es el hermano del dueño del negocio, pasó la frontera de la agresión verbal y golpeando al joven y provocándole heridas en el codo, la muñeca y el costado. Tras la paliza, el empleado fue despedido
Desde el sindicato apuntan que este tipo de violencia no se puede ademitir, en tanto que van motivadas por el odio. "Pero tampoco es admisible el comportamiento del empresario, que se desentiende de las agresiones verbales y vejaciones que estaba sufriendo uno de sus trabajadores por su condición sexual”, apunta Ana Sánchez de la Coba, Secretaria de Igualdad de UGT Madrid.
La UGT ha anunciado que pondrá sus servicios jurídicos al servicio del empleado para su defensa e interpondrán "las acciones que se consideren oportunas, por la vía laboral y en su caso penal".
Fuente: Público