
Los
problemas prioritarios que debe afrontar la Sanidad Pública Española
La
Sanidad Pública española lleva años sometida por los gobiernos del PP a un
intenso proceso de recortes, deterioro, desmantelamiento y privatización que ha
producido graves daños en el sistema sanitario. Con el cambio de gobierno se
abren nuevas expectativas de que se transforme en positivo la actual situación,
pero hay que ser conscientes de que todos los problemas no podrán abordarse a
la vez ni todos tienen soluciones fáciles solo desde este país porque provienen
de tendencias internacionales presentes en todos los sistemas sanitarios.
Con
estas limitaciones entendemos que los problemas prioritarios a afrontar por el
nuevo gobierno deberían ser:
1. Pérdida
del carácter universal y accesible del sistema asistencial
El
RDL 16/2012 suprimió el derecho a la atención de personas inmigrantes no
regularizadas, jóvenes sin trabajo o amas de casa; introdujo el copago
farmacéutico para pensionistas y parados de larga evolución lo que ha hecho que
parte de estos colectivos no retiren los medicamentos prescritos por el
personal facultativo (una estimación de 2,1 millones de personas según los
resultados del último Barómetro Sanitario).
2.-
Incremento de las desigualdades sanitarias entre Comunidades Autónomas, clases
sociales o lugar de residencia
Asociadas al Modelo de Financiación
del sistema Sanitario, a la privatización y fraccionamiento del sistema, a la
inexistencia de un Plan Integrado de Salud y a la inoperancia e irrelevancia el
Consejo Interterritorial de Sanidad que debería coordinar todos los Servicios
de Salud Autonómicos.
3.- Listas
de espera cada vez más grandes, ocultas y sin criterios de racionalidad o
necesidad.
Además de ser la más
importante causa de descrédito del
sistema publico, favorece la contratación de seguros privados y facilita que
muchos enfermos recurran a la sanidad privada (el gasto privado alcanza ya el
30% del gasto sanitario total).
4.- Marginación
de la Atención Primaria y aumento del consumismo sanitario
Necesaria para la
promoción y prevención de la salud por el auge de la asistencia curativa basada en la súper-especialización y los
recursos hospitalarios. La prevención de dirige fundamentalmente al diagnostico
precoz a de la enfermedad (screening masivos) que no mejoran la mortalidad en
lugar de abordar los determinantes de la salud (alimentación, medio ambiente,
hábitos de vida). Se precisan mas recursos profesionales en Atención Primaria,
especialmente de enfermería y un enfoque mas comunitario y mas enfocado hacia
la prevención y la promoción.
5.
Persistencia de las privatizaciones y
los instrumentos legales que la
facilitan.
La privatización de la Sanidad Pública ha continuado,
tanto de forma directa (gestión privada con recursos públicos), como indirecta y mas silenciosa (externalizaciones,
conciertos, derivaciones sistemáticas de enfermos, pruebas diagnosticas, etc).
Mientras permanece la legislación que la facilita como la Ley 15/97 de nuevas
formas de gestión permite privatizar centros y servicios sanitarios o las
nuevas unidades de gestión clínica que pretenden fraccionar y transformar los
servicios asistenciales en empresas.
6.-
Penetración del sistema por lobbys y empresas privadas, en su mayor parte multinacionales
Los laboratorios farmacéuticos, multinacionales
tecnológicas, consultoras, fondos de inversión, grupos financieros,
constructoras, etc., controlan los sistemas de información, las historias
clínicas y recetas electrónicas, las centrales de llamadas, la formación del
personal, o la investigación desarrollo e innovación con recursos públicos.
Todo ello ha generalizado la corrupción. Se están generando así una gran
burbuja sanitaria que desvía fondos públicos a empresas constructoras, fondos
de inversión, empresas de auditoria, industria tecnológica o laboratorios
farmacéuticos, próximos al poder.
7.- Crecimiento
desproporcionado e irracional del gasto farmacéutico
Especialmente el hospitalario que utiliza fármacos cada
vez más costosos y que apenas aportan alguna mejora sobre los existentes. Este
aumento del gasto farmacéutico ha sido propiciado por el pacto del Ministerio
de Sanidad con Farmaindustria, y su traslación a las CCAA, que habría que
cancelar urgentemente. Este crecimiento desproporcionado puede poner en riesgo
la sostenibilidad económica del sistema
8.-
Doble dedicación de parte del personal facultativo
Permitir la presencia del mismo
personal en los centros públicos y privados crea problemas de colusión de
intereses y favorece la
creación de listas de espera, incrementa la concertación con el sector privado,
la selección de pacientes, o las corruptelas.
9.- Proliferación y uso intensivo e irracional de
los recursos tecnológicos
Existe de manera importante una sobreutilización de los
recursos tecnológicos (alrededor del 30% se usan de manera inapropiada), lo que
además de disparar el gasto sanitario incrementan la iatrogenia y acaba
empeorando la salud de la población
10. Perdida de calidad
asistencial y desmotivación del personal sanitario
Ambas cuestiones tienen una estrecha relación con la
ausencia de una auténtica política de personal por la inestabilidad y
precariedad laboral, la ausencia de instrumentos de incentivación como la
carrera profesional, la nula participación del personal en la gestión de
centros y servicios, y el poco desarrollo práctico de la medicina basada en la
evidencia científicamente probada (guías clínicas, protocolos de actuación,
etc.)
11.- Ausencia real de
participación social en la planificación y control del sistema
Es necesaria la puesta en funcionamiento de de
instrumentos participativos de profesionales y ciudadanos para mejorar y
adecuar el sistema sanitario y su funcionamiento a las necesidades de salud,
que no puede sustituirse por organizaciones de enfermos por la industria farmacéutica
Como ya hemos señalado se trata de temas que deben de
abordarse, de manera paulatina y continuada, para avanzar en la recuperación de
la Sanidad Pública de calidad, universal, como un servicio público básico para
toda la población.
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